

- Yo no he sidoooo!!! Ha sido el tontaina de mi culo, señooo!!!
Nadie le creia.
El pobre Filomeno, por más cara que pusiera de inocente, y por más que protestase, patalease, gritase, nadie le creia. Le decía a su culo:
- Siempre te estás tirando peos delante de los demás. Dejame en paz!
Pero el culo lo mas que contestaba era era una sonora secuencia de peos:
- Prrrrrffff... prrrfff prrrrprrrrr prrrrrrr

- Pero que cochino eres... -- Decía Filomeno.
- Prrrr prrrrr -- El culo parecía reirse de Filomeno.

Lo más sorprendente de todo es que no se hacía peos cuando hacia caca. Nunca. "Pero qué culo tan caprichoso", decía Filomeno.

- Me parece que ya no te vas a hacer mas peos, culete mio.
- Pffff....
El culo parecia como si no tuviera potencia para hacerse peos. Y no salió más réplica del culo de Filomeno. Y Filomeno sonrió satisfecho porque sabia, lo sabia bien de verdad, que ya nunca más iba su culo a echarse mas peos sin su consentimiento.
Y colorín colorado, este peo, digo, culo, ayyyyy, digo cuento, se ha terminado.
PPPPRRRRRRRRRRRRRRFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMM
Nota del autor: Ayyyy mi culooooooooo
Muchísimas gracias por estos relatos tan entretenidos que regalas..... no sabes lo que nos reímos al leerlo, la peque se desternillaba de la risa imaginándose y haciéndose pasar por Filomeno. Vamos que se lo leyó como 3 ó 4 veces muerrrta de la risa. Gracias !!
ResponderEliminarDivertidísimo, me gusta tu culo peón. Cuando uno quiere controla su propio destino... o su culo.
ResponderEliminar